el pequeño deshollinador

Ficha artística

Título
        The little sweep (El pequeño deshollinador)

Compositor
Benjamin Britten

Texto:
            Eric Crozier  
                      
Equipo artístico
            Escolanía Ciudad de Cuenca· Coro / niños solistas
            Ignacio García ·  Versión castellano
            Carlos Checa ·  Dirección musical
            Carlos Lozano ·  Dirección coro
            Soprano · Itxaso Moriones
            Mezzo · Alejandra Spagnuolo
            Tenor · Francisco Pardo
            Bajo · Alfonso Baruque
            Violín 1 · Ruth Olmedilla
            Violín 2 · Alfredo González
            Viola · Jimena Villegas
            Cello · Miriam Olmedilla
            Percusión · José Sabater
            Piano 1 · Laurence Verna
            Piano 2 · Luís Comín

Compañía
            Escolanía Ciudad de Cuenca






El pequeño deshollinador




Desarrollo del Proyecto


INTRODUCCION: PROPÓSITO DE INTENCIONES

Este proyecto pretende ser una breve exposición de una propuesta inicial para el espectáculo “The little sweep” (El pequeño deshollinador)  de Benjamín Britten, con libreto de Eric Crozier. Desarrollaremos brevemente cada uno de los aspectos del proyecto, no sin antes recordar algunos condicionantes.

La obra está escrita originariamente en inglés y, tal y como se ha llevado a cabo en múltiples escenificaciones traducida a otros idiomas, consideramos que desde un punto de vista pedagógico, didáctico e interpretativo, lo más idóneo es utilizar una traducción rítmica del libreto lo más fiel posible al inglés original, ya que así será más fácil la comprensión y su consiguiente interpretación por parte del grupo de niños que escenificarán la obra, apoyando y reforzando de una manera directa la comprensión del texto y su mensaje por parte del público asistente. En cuanto a las canciones escritas para ser cantadas por el público, proponemos como solución óptima su interpretación por toda una gran masa coral de niños.

La introducción a la obra que figura en nuestra versión la haría, dada su condición posterior de maestra de ceremonias, Juliet, que tras recibir al público  pidiendo silencio para que dejen dormir a Sammy explicaría al público la historia que se va a llevar a cabo.

Además, Juliet explicaría además de la historia su interpretación en nuestro contexto, haciendo entender a los niños que aunque los deshollinadores infantiles ya no trabajan en nuestras ciudades hoy en día, siguen existiendo millones de niños en el mundo obligados a renunciar a su educación y a su vida, y a trabajar muy duramente desde muy temprana edad. En esta explicación también se haría una pequeña reflexión sobre la diferente actitud que se puede tomar ante estas injusticias (el colaboracionismo de Baggot, la mezquindad de Black Bob, la solidaridad y piedad de Rowan, la generosidad de los chicos), invitando a los niños a ser sensibles y activos con aquellas pequeñas cosas que (muchas veces como un juego, como en la propia obra, y sin gran seriedad) pueden hacer que el mundo sea algo más justo y solidario.

El diseño del proyecto es de una gran sencillez de acuerdo a la filosofía del proyecto que a continuación desarrollamos, optimizando el aprovechamiento del espacio sin llenarlo de elementos y potenciando mucho más la veta imaginativa del público a partir de pocos y determinantes elementos.

El carácter lúdico de nuestra propuesta nos ha permitido hacer de la necesidad una virtud y convertir la sencillez escénica en la esencia del proyecto escénico, del gran juego que es “The little sweep”, en el que como en la habitación de los juegos hay que convertir un caballo de madera en un ser vivo y una caja de cartón en el universo que puede salir de ella, de una sencilla caja llena de todo aquello que podamos imaginar, sentir y soñar que hay dentro.

Ese es el juego, el de la imaginación y los sueños, pero jugado con toda la fuerza hasta transportarnos a su universo y a su genialidad:

un niño es un amor hecho visible."
  Novalis

"THE LITTLE SWEEP" Y LOS ORÍGENES DE LA OBRA

En el especto musical es indudable toda la tradición (la clásica y la moderna) que Benjamín Britten recoge como un gran artista que en pleno siglo XX y en plenas vanguardias estéticas y musicales, se aparta de los proyectos más herméticos para plantear un arte y una música accesible, que se nutra de todos los referentes posibles pero que evite el exclusivismo.

Quizás, aparte de su indudable capacidad musical y su enorme talento para crear ambientes y sugerir situaciones desde la partitura, ésta es la mayor aportación de Britten al panorama musical inglés y universal en el siglo XX: acercar la música a la gente, a entornos, contextos y formatos nuevos, y acercarla también a los niños.

En este aspecto es muy importante la labor que realiza fundamentalmente en dos aspectos, eminentemente prácticos, ambos claramente presentes en “The little sweep”:

1.- Desde el punto de vista material, del formato y las necesidades humanas, técnicas y espaciales, Britten hace una profunda revolución en la ópera. Tras todo el movimiento expansivo llevado a cabo en los siglos XIX y XX haciendo cada vez óperas como espectáculos más complejos y grandilocuentes, incrementando la orquesta y el foso más y más, disparando los solistas y los coros... Britten hace una labor de síntesis excepcional. “The turn of the screw”, “The rape of Lucretia”, “Curlew river”  son claros y virtuosos ejemplos de cómo conseguir ambientes, situaciones y universos musicales con una docena de músicos y un puñado de solistas. “The little sweep” es un ejemplo más.

2.- En la relación con los niños, Britten es un visionario. Sabe que no hay que minusvalorar la música hecha para este público (los niños necesitan la mejor música y el mejor teatro, es su alimento intelectual; nadie piensa criar a los jovencitos con alimentos que no sean los óptimos). Pero sabe también que los recursos expresivos son otros, que hay que potenciar la participación en la historia, que hay que hacer que los protagonistas también sean niños, que las melodías sean infantiles (al menos en sus referencias)... en definitiva, sabe que no hay nada más serio e importante que construir un gran juego musical, que haga que los niños corran a jugar a él sin esfuerzo, como parte de ese otro gran juego serio que es su educación y formación como seres humanos.

En este aspecto y como curiosidad, aunque el planteamiento de Britten es novedoso, no conviene olvidar que la mayor ópera inglesa del barroco “Dido & Aeneas” de Purcel fue escrita para la escuela de Josias Priest, para ser interpretada por sus alumnas, de modo que Britten, muy ligado siempre a sus británicas raíces en temas, formas y referentes, no hace sino continuar ese camino iniciado casi tres siglos antes, ese camino que une la mejor ópera
inglesa barroca a los niños para los que fue escrita.

Sin embargo y pese a ser muchos, los valores excepcionales de esta obra no se reducen a su parte musical. Si hemos dicho que Britten es una especie de gran enciclopedista que organiza y articula el conocimiento musical de siglos de tradición, su pequeño deshollinador es el cruce de caminos al que llegan muchas experiencias literarias diversas.

Por un lado es innegable, incluso en la letanía de la canción inicial que repite el estribillo de aquél poema, ( Sweep! Sweep! ) el tributo que esta obra rinde a los dos poemas que dedica a los pequeños deshollinadores (ambos titulados  “The chimney sweeper” ) William Blake en sus “Cantos de Inocencia y de Experiencia”. En ellos el poeta místico inglés del romanticismo más exacerbado y hermético retrata una situación muy parecida, de un jovencito abandonado, que sufre la explotación y las miserias de su condición. Es tal la herencia que “The little sweep” tiene de estos poemas que no se limita a reproducir su historia, su ambiente y su melancolía, sino que llega a reproducir casi textualmente algunas partes como esa palabra “Sweep!” de la canción inicial (presente en ambos poemas de Blake) o el verso casi idéntico “Where are thy father & mother? Say?” que Rowan pregunta al pequeño Sam.

No debemos olvidar, pese a esta afinidad con Blake, que el tema de los deshollinadores y de la explotación de los niños pobres y huérfanos está presente en la cultura anglosajona de un modo muy insistente. Son muchas las referencias literarias, pictóricas, fotográficas posteriormente, periodísticas e incluso legislativas a este oficio tan extendido en un país lleno de casas repletas de chimeneas (Miss Baggot dice que hay al menos seis más que la que limpia Sam en Iken Hall). Un país en el que se mantuvo ese oficio, y la utilización de niños en él, hasta los albores del siglo XX). Un país y una cultura (la anglosajona, aunque Twain sea estadounidense) en la que ya Charles Dickens, Robert Louis Stevenson, Mark Twain y otros habían escrito mucho sobre  la miseria de los chicos de clase baja obligados a buscarse la vida de mil modos diversos.

Eric Crozier elabora un magnífico libreto a partir de todas estas referencias y tradiciones literarias, culturales y sociales, lleno de un sabor local y de referencias a su entorno, pero a la vez repleto de una dimensión universal que hace de la obra un ejemplo y referente perfectamente comprensible en cualquier tiempo y lugar.




cada niño que nace nos recuerda que Dios 
todavía no se ha cansado de los hombres.”
Rabindranath Tagore


"THE LITTLE SWEEP": EL SENTIDO ORIGINAL DE LA OBRA

A continuación haremos un breve análisis técnico de ciertas cuestiones objetivas de la obra que estarán presentes en la lectura que posteriormente haremos de ella (para no perder una cierta objetividad que emana del original), a modo de biopsia de “The Little Sweep”.


ELEMENTOS SIGNIFICATIVOS DE LA TEMÁTICA

ANÁLISIS DE LA TEMÁTICA: Los temas esenciales de la obra son, la miseria y la explotación infantil, la injusticia, la opresión, la complicidad de aquellos que no lo quieren ver o no les interesa verlo, la solidaridad de quienes luchan contra esa injusticia, la miseria, la solidaridad y capacidad de compartir de los niños, la educación, los juegos...

JERARQUIA DE LOS TEMAS: Sin duda de entre todos los anteriores, el tema central es el de la explotación infantil y la actitud de los diferentes personajes frente a ella. Todos los demás temas funcionan como meros satélites de éste.

TEMÁTICA E IDEOLOGÍA: Sin duda, la elección de esta temática y el punto de vista que sobre ella tienen los autores determina una posición ideológica que podríamos resumir en los siguientes términos por lo que se refiere a su visión del hombre y el mundo:

*El hombre es un ser capaz de lo más atroz (la injusticia y la opresión) pero también de lo más dulce y hermoso (la salvación y la solidaridad. Por lo tanto no hay una determinación previa y el destino y nuestras características como criaturas las determinamos con nuestra actitud diaria y nuestro posicionamiento frente a la vida y sus acontecimientos.

*El mundo es aquello que hacemos entre todos y tenemos la posibilidad de cambiarlo, dentro de sus miserias y sus injusticias tan extendidas. Podríamos decir, citando a Italo Calvino: “El infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquel que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber qué y quién, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar y darle espacio.”

TEMÁTICA E HISTORIA: A través de las relaciones de los personajes se definen muchos elementos del entorno en que estamos situados. Los niños son burgueses y tienen una vida cómoda. Sam no. Hay criados y señoritos en las relaciones sociales. También las diferencias de edades implican en las relaciones familiares que cada uno de los niños adopte un rol distinto, más protector y responsable o más descuidado en apenas unos pocos años de diferencia. También en Iken Hall, con sus juegos y sus diversiones, se imponen unas costumbres y unos hábitos que son parte de una conducta determinada y determinista.

La filosofía y la moral de esa casa se verá alterada por la presencia de Sam, que obligará a todos a tomar posición y partido con este personaje y la injusticia sobre él cometida.

LOS PERSONAJES: Aunque posteriormente al hablar del vestuario volveremos a destacar algunas de las cualidades esenciales de los personajes, es importante determinar como parámetro inicial en el análisis de los mismos una cuestión esencial sobre su función. Al tener la obra un objetivo didáctico tan importante (por estar escrita para público infantil), y al tener al mismo tiempo una vertiente social de mucho calado, los personajes y sus actitudes se erigen en símbolos. Símbolos de las diferentes posiciones que podemos tomar con respecto a los problemas sociales y a las injusticias en el mundo. Podemos ser quienes los crean (Black Bob), quienes son cómplices (Clem), quienes callan y con su silencio son colaboracionistas (Miss Baggot), quienes lo sufren (Sam), quienes combaten la injusticia (Rowan y los chicos) o quienes viven al margen (Tom y Alfred). Con este pequeño resumen vemos que los personajes son mucho más que personas de carne y hueso, son símbolos, muestras de un tipo de actitud u otra. Por esa razón l libreto (y también la música) está llena de interpretaciones estereotipadas que afianzan esta idea.

EL AZAR Y EL DESTINO COMO MOTORES DEL MUNDO Y DE LA ACCION:
Aunque la tradición literaria sitúa estos dos temas como los motores habituales de la acción, en este caso ambos tienen un papel reducido. Si bien es verdad que el destino trágico pone en marcha la obra, ya que la situación social y familiar de Sam le obligan a trabajar con su indeseable patrón y también el destino le conduce a Iken Hall, lugar que va a ser el de su salvación; los resortes de la obra son otros. No hay determinación trágica, no hay tampoco azar (más allá de encuentros y otros recursos literarios propios de cualquier obra y género). Lo que hay es la libertad de actuación frente a lo injusto y el posicionamiento decidido por cada cual. En términos calderonianos podríamos decir que lo que hay es libre albedrío, libertad para elegir qué hace y cómo hacerlo.


ELEMENTOS SIGNIFICATIVOS DE LA FORMA

EL PUNTO DE VISTA: La relación de los autores de la obra con sus protagonistas, y por tanto su punto de vista con la historia , es de una absoluta implicación en la trama. No pretenden en ningún caso exponer la historia de un modo objetivo y distanciado, sino que toman partido por los personajes que ayudan a Sam, potencian la ternura y los sentimientos hacia este con los textos y, sobre todo, con las texturas sonoras, y caricaturizan a los personajes que apoyan la injusticia dejando así en evidencia sus debilidades, su miseria y su mezquindad.

EL GÉNERO: La obra se enmarca dentro del género infantil, pero más concretamente la podríamos definir como un drama (por la combinación de comedia y tragedia, como género híbrido) que narra la desventurada historia del pequeño deshollinador. O más concretamente (y sin un cariz peyorativo) como un melodrama en el que la música sirve para reforzar los sentimientos, y transportarnos a un estado emocional apropiado para desarrollar nuestra piedad hacia Sam, en busca de la catarsis final con su liberación.

LA ACCIÓN: La obra tiene esencialmente unidad de acción. Todo lo que sucede gira en torno a la esclavitud, opresión y posterior liberación de Sam. Cada acción paralela que se distancia un poco (el escondite, por ejemplo) sirve para después reforzar la situación del deshollinador y ayudarnos a entenderla desde diferentes puntos de vista.

La acción es lineal (no circular ni con una estructura elíptica o saltos de tiempo) y nos conduce desde una situación y un conflicto ya en marcha (Sam trabaja para Black Bob y sufre todas las miserias de esa explotación) a su desenlace, que aunque finalmente es feliz, está al borde de la tragedia en varias ocasiones (cada vez que Black Bob o Miss Baggot pueden descubrir el plan y cazar a Sam).

El final es esperanzador y feliz, aunque también moralizante. Sirve para que entendamos que nuestros actos pueden ayudar a liberar a otros seres humanos con pequeñas acciones que operen a favor de la justicia y la solidaridad. Nos ensaña también una muestra del bienestar que les produce obrar bien (y obtener esos frutos) a quienes lo hacen.

LA ESTRUCTURA EXTERNA: La obra está dividida en tres escenas y en las canciones del público que preceden y finalizan cada una de las escenas, funcionando por tanto como nexos de unión entre ellas
Hay que considerar que en su origen todo “the little sweep” era a su vez la segunda parte de un espectáculo más largo “Let’s make an opera”, pero que según la nota de los autores es una obra autónoma que puede funcionar por sí sola.

EL TIEMPO: El tiempo histórico en que se sitúa el original es una mañana de enero de 1810. El tiempo real de la obra mantiene la unidad neoclásica de continuidad, ya que pese a haber pequeñas elipsis (por ejemplo, la noche), podemos decir que la historia se cuenta en el término de un día y en una linea temporal única que va desde el día en que Sam llega a trabajar hasta la mañana siguiente, sin saltos adelante y atrás.

El tiempo interno de la obra es, sin embargo, fluctuante entre los tempos internos (y musicales, por supuesto) agitados y acelerados (en los juegos, en las persecuciones...) y aquellos otros lentos y más expresivos (la soledad de Sam, las arias de Rowan y Juliet soñando con la libertad del pequeño...). Podemos decir, por tanto, que el tempo interno de la obra es cambiante para adaptarse a las diferentes situaciones, mientras que el tiempo real es continuo y único: un día de invierno en Iken Hall.

En este sentido, es también importante el tiempo cronológico y atmosférico como un elemento importante en la trama y su interpretación. Una mañana de enero es un entorno hostil, frío y desapacible que nos ayuda a entender toda la crudeza del trabajo de Sam. Así el frío y la nieve del exterior funcionan como una metáfora de la agresividad del exterior, de la dureza de ese mundo (del que huye Sam) en contraste con la calidez del cuarto de los juegos y su chimenea. De nuevo el contraste nos da la clave: para que algunos vivan jugando frente a su chimenea, otros (niños también, desprotegidos) han de recorrer caminos al amanecer bajo la nieve para ir a limpiar esas mismas chimeneas.

JERARQUIA DE LOS PERSONAJES: Siguiendo el esquema clásico y teniendo en cuenta la estructura de la obra (e incluso el título mismo), no hay ninguna duda de que el protagonista indiscutible de la obra es Sam. Sin embargo no es un protagonista activo, él no decide liberarse. Es protagonista de una historia que ejecutan otros, quienes ven su sufrimiento y deciden ponerle fin. En ese sentido los protagonistas de esa liberación serían los chicos (Sam incluido, es decir, un protagonista colectivo) y Rowan, que se enfrentan a los antagonistas malvados (Black Bob, Clem, y por extensión, Miss Baggot).

Esta organización de los personajes por grupos tiene una clara intención pedagógica y didáctica: reforzar la idea de que hacer el bien junto a los demás es más divertido, más práctico, más fácil y más eficaz. Esta estructuración encierra un mensaje solidario, una convicción en que la unión en el bien hace la fuerza frente a aquellos que desean el mal de un modo individual y egoísta, sin ninguna capacidad para agruparse, apoyarse o entenderse.

No debemos olvidar la presencia de un coro cuya función dramática está ligada a la estructura de la obra. Las partes corales, las “audience songs” son las que presentan y concluyen cada acto, situando la acción (ya sea en el duro trabajo en la primera, en el baño, en la noche o en el carruaje y el sonido de los cascos de los caballos en la última). Son, por tanto, un recurso descriptivo, una manera más de jugar, de inventar realidades poéticas, de fantasear y transportarnos con la música y los versos a otros mundos. En este sentido recuerdan el sentido primigenio del coro griego cambiante que nos guía por la senda de la obra (como en la Orestíada, donde el coro pasa de ser un grupo de habitantes de Tebas a las coéforas y luego a las euménides bondadosas).

EL LENGUAJE Y LA TÉCNICA DEL DIALOGO Y LA MUSICA: La búsqueda de la cercanía con el público, del entendimiento fácil hace que el código idiomático de la obra sea muy accesible y muy comprensible. Además el carácter juguetón de muchas de las melodías hace que las palabras cobren una gran fuerza por su sonoridad y sus juegos de acentos (como por ejemplo el repetitivo ritmo, inspirado en los pies dactílicos – fuerte-débil-débil – [óoo] que redunda en el ritmo de subdivisión ternaria, con una pausa de respiración, como la pausa que los timbales hacen para que los esclavos tomen aire en las galeras antes de cada golpe de remo). Sencillez y contundencia sonora podrían ser, por tanto, las características esenciales que definen el uso del lenguaje.

En cuanto a la técnica del diálogo podemos decir que en general la obra es muy vivaz, llena de breves intervenciones cruzadas. Abunda el diálogo simple (entre dos personajes) pero también el diálogo a más voces, sobre todo con los chicos, que funcionan como un personaje de seis cabezas a veces. Los coros mantienen su estructura de largos párrafos dichos por todos, y las arias escasean (Rowan y Juliet sí que tienen arias de melancolía algo más largas), todo ello para estar siempre impulsando la acción hacia delante con los diálogos picados predominantes.

La música también trata de avanzar siempre (es magnífico el uso de las repeticiones evolutivas, ya que nunca se re-expone un tema igual que la exposición inicial, siempre hay una evolución y un avance musical y dramático). Hay un continuum musical que refuerza la idea dramática de la historia que una vez puesta en marcha no se puede parar. Abundan por ello los duetos, tríos, cuartetos y números de grupo (ensemble), que alternan con algunos recitados con música y partes habladas. 


Tú puedes aprender de tus hijos más de lo que ellos aprenden de ti. 
A través de ti ellos conocen un mundo ya pasado; 
tú en ellos descubres uno nuevo que está naciendo".
Friedrich Rückert


NUESTRO PEQUEÑO DESHOLLINADOR PARTICULAR

A partir de esta idea se fundamentan muchos de los elementos de nuestra propuesta y de nuestra puesta en escena. Tratamos de hacer un montaje en el que el mensaje esencial de esta obra sea una mirada hacia adelante, con esperanza de que el mundo puede ser con nuestro esfuerzo aquello que deseemos que sea. Es como un cuarto de los juegos inmenso, puede ser una selva, un parque, un mar, un infierno o un paraíso. Todo está en nuestra mano.

La situación inicial de la obra es dramática: un niño de apenas ocho años vive explotado por un patrón sin escrúpulos que lo oprime, lo maltrata, lo asusta... Podemos lamentarnos de esa situación, como de tantas otras, y quedarnos en ese estéril lamento. O podemos poner solución (sin duda, siempre dentro de nuestras posibilidades en cada situación), tomar una actitud activa y contribuir a mejorar este entorno, a hacerlo más habitable, más justo, más hermoso y más armónico.

Las injusticias están en el mundo y en cada parte de él, es indudable. Las podemos mirar sin falsa compasión, sin sensiblería, tomar conciencia de ellas y ponernos manos a la obra para cambiar. Muchas veces es igual de complicado hacer el bien que hacer el mal, es jugar al mismo juego en direcciones opuestas, a veces no es más que una actitud.

Podemos acariciar a nuestro gato o tirarle de la cola hasta ver cómo maúlla de dolor (ambos son juegos de niños), podemos ayudar a un anciano a cruzar la calle o tirar piedras contra las farolas, podemos sonreír a la gente que nos cruzamos en la calle, en el trabajo, en la vida, o desconfiar de ellos, hostilmente hasta sentirlos como lejanos y peligrosos. Es una decisión personal y libre cómo actuar en cada una de estas y otras situaciones, es una decisión personal y libre a qué jugar y cómo.

Este es el fundamento de la puesta en escena que planteamos, la libertad y el cambio. En cada momento de la obra los personajes están en un cruce de caminos en el que tienen muchas posibilidades (que suelen reducirse a dos: atreverse a hacer el bien o no); siempre la obra está abierta, siempre viva, y sólo en cada instante vemos el camino que los acontecimientos van tomando, no por sí solos, sino por la actitud que los personajes deciden tomar en cada uno de ellos.

Es magia, es el mundo de los juegos y la sorpresa, imprevisible y vivo, siempre vivo. No es un repertorio muerto, no sabemos el final de esta ópera, es la primera vez que la vemos (nosotros y los niños) y podría acabar de cualquier manera, podríamos soñar mil modos de acabarla y todos serían posibles si nos atreviésemos a luchar por ellos.

De esta manera la ópera como fenómeno cultural, social y en este caso pedagógico (al ser un montaje para niños) se transforma en algo vivo cada vez, en algo que nos moviliza a pensar sobre el mundo y a actuar para hacer algo con él. La ópera es así cercana, tiene un mensaje que nos es tangible y cercano, es participativa (en la manera de hacerse y en lo que nos moviliza). Ópera para todos, para quienes la escuchan y para quienes extienden su mensaje a quienes no la han escuchado.

Todas las ideas que hemos analizado en el capítulo anterior son la esencia de nuestro trabajo, son nuestra guía, pero no son una cadena rígida. El tiempo, el espacio, los personajes... no son realidades inamovibles sino evocaciones poéticas cuyo espíritu es lo que tratamos de captar. No es el mes de enero del año 1810 un concepto hermético y decisorio, es una evocación de un pasado lejano, de un momento en el que las chimeneas dominaban la vida de los hogares, de un mes duro en el que el frío hace la labor de quienes madrugan y han de recorrer largas distancias de madrugada más dura aún. Nosotros nos quedamos con esas metáforas, el frío de la nieve y de la soledad, la distancia del pasado, pero no haremos un historicismo de lo que exactamente ocurría en 1810 sino utilizaremos la estética de ese hermoso siglo XIX para conseguir los elementos más expresivos para definir a los personajes en cada situación. Un tiempo y un mundo de ensueño.

Todo es posible en ese mundo, y así trataremos que sean las escenas y los espacios, que no sean nada a priori para que puedan serlo todo en cada situación, en cada escena y en cada momento, dependiendo de hacia dónde gire la veleta de los deseos e intenciones de los personajes.

La magia del juego hecha música y espectáculo: la ópera.


no hay nada más real
 ni nada más sustancioso en el mundo que las ilusiones.
Giacomo Leopardi



ESTÉTICA DEL ESPECTÁCULO: MAGIA COMO VERDAD,POESÍA COMO REALIDAD

Si entendemos esta ilusión como nuestra verdad y la magia de la música y la poesía como la realidad escénica tendremos las premisas básicas del planteamiento estético de nuestro montaje.

Queremos convertir el escenario en una caja de mago en la que no hay nada para que quepa todo, en un mundo de ilusiones que toman forma, en un viaje a otro tiempo (al pasado en general, y no a un año u otro concreto), a otro lugar (tampoco necesariamente Suffolk).

En definitiva, queremos que la escena sea el lugar de las ilusiones y las fantasías, ene se cuarto de juegos (no es casual que el espacio que plantean los autores sea ese y no otro) donde cada juego modifica la realidad para adaptarla a sus necesidades.

Toda la estética será, pues, cambiante, como la de un cuento infantil en el que se pasa de un lugar a otro, de la luz de los palacios a la sombra de las cavernas, de la amplitud de las mesetas nevadas a la angostura de un baúl.

El mundo, como en los cuentos, es lo que queremos que sea, no lo que es. No trataremos, por tanto, ni en el vestuario, ni en el espacio, ni en la luz tampoco, de ser naturalistas, no queremos reproducir el mundo tal y como es (bastante miseria, injusticia y destrucción hay en el mundo real) sino como nos gustaría que fuera, como una realidad de ensueño n lo bueno y en lo malo.

Esa estética de cuento, de ilusión y de magia, de cuarto en el que se juega a vivir será el que veremos a continuación en el desarrollo del espacio, el movimiento y el vestuario. En cuanto a las líneas básicas del diseño lumínico que plantearíamos para acompañar nuestra propuesta, pretenderíamos reforzar esa idea poética de ensueño, de juego, de no mostrar toda la realidad sino elegir lo que de ella nos interesa y como nos interesa. Una luz subjetiva, hermosa y sugerente, poética e inquietante como la historia que contamos, abundante en luces y sombras, en mañanas de alegría y noches de luna y frío... Una luz que nos evoque y nos haga sentir el calor de la chimenea y el frío de la nieve, la bondad de los juegos de los niños y la maldad de los patrones explotadores... una luz que sea como el narrador del cuento infantil, que nos predispone a recibir la historia de una u otra manera según el tono de su voz.

en sus juegos los niños realizan todos esos movimientos necesarios
 para convencernos de que sus imaginaciones son realidades. 

Joseph Joubert


ESPACIO ESCÉNICO Y MOVIMIENTO ESCÉNICO

El espacio escénico no se construye, se conquista.

Estas dos afirmaciones resumen muy claramente nuestro planteamiento espacial: un lugar neutro donde quepa todo. Una página en blanco que se pueda llenar con el dibujo que cada niño imagine en cada momento.

Por ello nuestro espacio se reduce a un montón de cajas de cartón y un baúl en los que los niños de Iken Hall guardan sus jugietes del cuarto de juegos. Con esas cajas y los mil elementos que salen de su interior, los personajes inventarán el hueco de la chimenea, la ventana, los árboles del bosque, etc...
todo aquello que les interese haciéndolo aparecer de las cajas o construyéndolo con montones o pilas de cajas. Así construirán una alta pila de cajas que será el tronco de un árbol en el bosque o pondrán en el escenario un baúl del que sale Sam por arte de magia, o harán apilando cajas un armario que se abre después para esconder al pequeño Sammy, o un reloj de pared del que el cuco sale para cantar las horas...

Lo que uno saca de una caja mágica llena de juguetes se convierte en la realidad, como es realmente una nave espacial en medio de un juego, la mesa a la que el niño se sube si de verdad lo cree así. El espacio, como hemos dicho, no se construye con objetos, sino se conquista con acciones (con la ayuda de unos pocos elementos y su manipulación mágica por parte de los niños).

Sólo lo esencial aparece (la bañera del baño, el caballito de madrea y las cajas llenas de los juegos), el resto lo inventan los niños, lo hacen aparecer y desaparecer por arte de magia, como en los dibujos animados, en los comics y en los cuentos de hadas. Porque de eso se trata, de dar vida a un maravilloso cuento y a las ilusiones y fantasías de unos niños que, soñando, consiguen rebelarse contra una injusticia hasta acabar con ella.

El juego nos hace libres y nos permite liberar. El espacio no nos ata. Sólo un montón de cajas de cartón y un baúl, el resto lo inventamos al sacarlo de esas cajas, iluminarlo, al subirnos a ello, al transformarlo tapándolo o destapándolo con las sábanas que evitan que el hollín manche todo. La escena de la gran transformación que así llaman en la obra (la del paso de la primera escena a la del baño) es para nosotros una constante en toda la obra.

Todo es transformable a cada momento con un poco de humo, con pompas de jabón, o con animales nocturnos... Basta creer en la escoba voladora para que vuele, basta soñar la ventana para que exista.

De este modo el espacio será una gran caja de sorpresas cambiante y llena de cajitas (como unas muñecas rusas unas dentro de otras), y como dice Joubert, la actuación convincente de los niños en cada momento, con sus gestos y sus actitudes, será sin duda la que nos transforme el espacio y nos conduzca a tantos y tantos mundos ocultos, diversos, exóticos y excitantes.

Como el traje del emperador, existe para quien lo quiera ver, para todo aquél que no se deje la imaginación y la fantasía en casa al ir a la ópera. Quien no quiera verlo, no lo podría ver por más verosimilitud que buscáramos sobre el escenario, siempre habría algo que le recordase que está en un teatro y lo que ve es una ficción.

El viaje al mundo de los niños nos espera. Carguemos nuestras alforjas de fantasías, de ganas de inventar lugares con pequeños objetos, con mínimos elementos, con golpes de luz, de humo y de jabón, y preparémonos para zambullirnos en todas aquellas aventuras y en todos aquellos universos en los que nos sumerjan los personajes de la historia.

Suerte con el viaje a la magia, a la ilusión.

A algunos hombres los disfraces nolos disfrazan, sino los revelan.
Cada uno se disfraza de aquello que es por dentro.
G.K.Chesterton

La aplicación de los conceptos generales de la puesta en escena al vestuario tratará de redundar en el carácter de juego de la puesta en escena y en la profunda descripción caracterológica de los personajes a través de los disfraces que hay en la sala de juegos de los niños.

Entre los niños y jovencitos todo se desarrollará como un gran juego, una gran ceremonia social, una inmensa fiesta de disfraces en la que los personajes pasan de sus roles iniciales de anfitriones (los Brook) e invitados (los Crome)  a todo aquello que la trama pida (enfermeras, buzos para el baño, estrellas y animalillos en la noche, circo para los juegos,  sombras en el infierno de la primera escena...)

Los personajes adultos serán también caricaturas de sus debilidades, como un disfraz que se apodera de ellos y define su carácter. Así Black Bob mostrará su rudeza, su gordura, su avaricia; Clem su debilidad y su carácter sibilino; Miss Baggot su seriedad, su mal carácter, su injusticia... Tom y Alfred su contraste, su debilidad y su carácter excéntrico.

Sólo Rowan, único personaje que se salva por sus buenos sentimientos recibirá un trato más amable por parte de su aspecto, que profundizará en su veta romántica y soñadora, como si fuera un personaje de un cuadro pre-rafaelita, una heroína que cree que el mundo se puede ir cambiando y en la medida de sus posibilidades lucha por ello.

En el color también existirá una clasificación de los personajes por grupos dependiendo de su lugar de origen. Los habitantes de Iken Hall (los niños Brook, Juliet, Gay y Sophie, y Miss Baggot) llevarán los tonos rojizos propios del lugar (que aparece también en algunos detalles de la escenografía, al suceder allí la historia, como en una especie de simbiosis entre un lugar y quienes lo habitan). El rojo de los jovencitos, como su carácter, es más luminoso, mientras que el de Miss Baggot es más oscuro y gastado. Por el contrario, los que vienen de Woodbridge, los Crome y su institutriz utilizarán el azul y amarillo en el caso de los niños y la mezcla de ambos colores, el verdoso luna (que también define su carácter poético, nocturno e incluso lunático) para Rowan, su institutriz.

Al ser acogido por los niños, Sam que había vestido en la misma gama de grises y marrones sucios de sus amos, pasa a llevar una mezcla de las dos familias (las rayas de los Crome con el rojo de los Brook) como símbolo del nexo de unión que significa para todos lo niños.

Black Bob y Clem fluctuarán entre las manchas de hollín, sus tonos pardos y su intento de ser dignos y respetables y vestir bien y hastaelegantes. Son ridículos, como lo son también Alfred y Tom, otros sacados de esa especie de circo ambulante de criaturas estrambóticas o gran guiñol donde los disfraces son la esencia de quienes los llevan.



                                                        JULIET BROOK    14 años      
Brook  /  Rojo Iken Hall  /   Madura   /   Maestra   /   Decidida   /   Disfrazada   /   Circo   /     Anfitriona....

Reina entre la manada de criaturas,
domadora de sueños e ilusiones,
dama de picas, as de corazones,
luz en las situaciones más oscuras.
Rojo fuego en las negras espesuras
de montones de hollín, y más montones.
Planeadora de fugas y excursiones,
generosa en inventos y en locuras.
Maestra de los niños, cuidadora.
Defensora del niño en cada apuro,
dulce y sensible pero decidida.
Funambulista, anfitriona y domadora
de las fieras de aquel trabajo duro
que Sam olvidará en su nueva vida.

GAY BROOK   13 años
Rojo Brook   /   Anfitrion   /   Decidido   /   Elegante   /   Soñador    /    Épico    /   
Metódico y estudioso

Descubriendo la vida adolescente
aparece aquí Gay  ¡ y qué elegante !
joven apuesto, figurín brillante
con su casaca roja refulgente.
Siempre atento y cordial, siempre pendiente,
soñador y cabal al mismo instante.
“Jamás retroceder, siempre adelante”
es su lema: lo persigue obediente.
Hamlet ensoñador, lector convulso
de libros de aventuras colosales
buscando su aventura cotidiana.
Ayudando a su hermana echará un pulso
a las normas clasistas y sociales
para imponer justicia soberana,
convirtiéndose un día gris e insulso
en el gobernador de los chavales
que Sam recordará cada mañana.

SOPHIE BROOK    10 años
Rojo Brook   /    Anfitriona   /    Dulce   /   Feliz   /   Luminosa   /   Presumida

Entre azules, rojos, rubia
aquí aparece Sophie,
niña más dulce y hermosa
nunca en la vida la vi.
Con su casaca que brilla
como si fuera un rubí
sigue a su hermana en sus juegos
encantadora y feliz,
y llora cuando descubre
a Sammy tumbado allí,
herido el pobre, asustado
lleno de miedo y de hollín.
Y se alegra cuando todos
tras ayudarle a salir
celebran de los caballos
el galope saltarín.

JOHNY CROME   15 años
Azul Crome   /   Invitados   /   Marinero   /   Enamorado   /   Emprendedor

Capitán de un velero de agua dulce,
amigo de Juliet, enamorado,
invitado de honor en esta casa,
valiente, decidido y confiado.
Azul del mar en su ropa enrejado
y en su pecho una firme decisión:
ayudar a Juliet a liberar
a Sammy con total resolución.

HUGUIE & TINA CROME  8 años
Invitados   /   Azul Crome    /   Cara y cruz de la misma moneda   /  

Chico y chica apenas diferenciables
Gemelos que dos veces repetidos
vienen y van. Van, vienen, se repiten...
dejando que respiren y palpiten
a un tiempo sus grititos y gemidos.
Espejos en espejos invertidos
sus trajes y sombreros sin que quiten
sus leves diferencias, sin que eviten
ser el mismo en dos cuerpos dividido.
“¡Hola!” dice uno, y repite el otro “¡Hola!”
El adiós se contesta en otro adiós,
cada palabra es otra ¡tuya y mía!
Ya juntos de la mano en una sola
se despiden de Sammy y ven los dos
perderse el carro allá en la lejanía.

SAM  8 años
Pequeño    /    Débil   /   Harapiento   /   Hambriento   /   Solo    /    Asustado

Dormido, entumecido y agotado
desde la madrugada está limpiando
las sucias chimeneas, arriesgando
su frágil cuerpo siempre magullado.
Débil y sucio, mal alimentado,
siempre Black Bob tras él, siempre gritando;
siempre asustado y siempre recordando
el último castigo recibido.
Pobre Sam, obligado a trabajar
desde tan niño, lejos del calor,
olvidado del mundo y su destino.
Pero por fin aquí podrá encontrar
amigos y familia y el amor
que tanto le faltaba cuando vino.

Segunda escena
Burbujas de alegría y de jabón
revolotean ya aquí y allá.
Sam está limpio y pronto sonreirá
lejos de aquel hollín y aquel carbón.
Con su albornoz de luz, su camisón
resplandece en su nueva identidad,
lejos de aquella inmunda suciedad
y de aquel ogro odioso y fanfarrón.
Nueva vida de pompas y alegría
limpio de manchas, limpio de tristeza
limpio de su cansancio y su pasado .
Ante Sam se presenta el nuevo día
deslumbrante de luz y de belleza
infinito de un futuro anhelado.

Tercera escena
Sam es un niño feliz
y desayuna temprano
mientras recibe visitas
de sus recientes hermanos
que le saludan contentos
de verle tan aseado,
tan tranquilo y divertido,
y tan bien alimentado.




BLACK BOB
Avaro   /    Sucio    /    Cruel    /   

¡Sweep, sweep!
¡Limpia, Limpia!
Black Bob es grande, injusto y muy cruel y
vive limpiando las casas de hollín y
siempre gritando y pegándole a Sam le
lleva y le trae y le explota sin fin.

¡Limpia, Limpia!

Black Bob es sucio, un mezquino, un ladrón que
vive explotando a los huérfanos, ¡sí! Y
no tiene escrúpulos, no quiere más que
ser rico y dueño de un sucio botín.

¡Limpia, limpia!

CLEM
Cobarde   /    Segundón    /    Servicial    /    Sibilino    /   Avaricioso

Clem es un cobarde, un sibilino
es un parásito en la sociedad,
vive del hombre y de la suciedad
se aprovecha del débil y su sino.

Clem es la rata de la alcantarilla
el buitre aprovechado y carroñero
un ladrón de justicia y de dinero;
de los huérfanos la peor pesadilla...

Clem está sucio por dentro y por fuera
es la suciedad personificada
consumido, delgado, es una nada
que solo espera el mal, y solo espera...

Clem es un depravado negociante
del dolor y desgracias infantiles,
capaz de las argucias, las más viles
para saciar su afán de comerciante.

Clem es un hilo, una sombra alargada
de Black Bob, es su fiel lugarteniente
mezquino y servicial, siempre pendiente
de adularle, una anguila envenenada.

ROWAN
Romántica   /   Idealista   /    Generosa    /    Amable    /    Cariñosa

Romántica, hacendosa e idealista,
mujer enamorada de la vida
defensora de una causa perdida
perdida en una misión altruista.
Ella mira a lo injusto, alza la vista
y reconoce dónde está la herida,
pelea contra una injusticia asumida
se atreve a pelear mientras resista.
Bajo la luna pálida leyendo
Cartas que le escribieron otro día,
Sueña con niños bellos y dichosos.
Peleará por la justicia, sabiendo
Que devolvera  un niño su alegría
nos hace libres, también poderosos.


MISS BAGGOT
Mandona   /    Desalmada   /   Rígida   /    Malhumorada   /    Injusta

Mujer enorme, ama de llaves llena
de mal humor, de genio y malhumor,
impasible a lo injusto y al dolor
sólo le importa una limpieza buena.
Si es limpieza, aunque injusta, está serena
si es justa suciedad, llega el furor;
prefiere un hogar limpio sin amor
que lleno de fraternidad terrena.
¡Limpio, más limpio, más, más! Siempre grita
y todo lo demás no importa nada,
aunque ese brillo nos cueste una vida.
Como el gato que mira - y que se agita
olvidando su existencia olvidada -
a una mota de polvo suspendida.

ALFRED
Jardinero   /   Iken Hall  /   Delicado   /    Puntilloso   /   Débil  

Alfred es un jardinero aplicado,
es puntilloso en todas sus labores
ama a las plantas, cuida de las flores,
y mantiene el jardín siempre cuidado.
Alfred no está muy bien acostumbrado
al trabajo de fuerza y a cargar,
el baúl con Sam no puede levantar
porque es débil, o porque está cansado.
Con la ayuda de todos han cargado
el baúl para partir por fin.
Alfred se vuelve pues a su jardín
A seguir con su oficio tan amado.

TOM
Cochero   /   Rudo   /    Hombre de circo, ambulante   /    Jorobado y deforme

om es un adefesio, un disparate,
es como un malformado garabato
un cochero de circo, un esperpento,
una caricatura de si mismo.
Exhausto de subir las escaleras
no puede con su alma, está deshecho.
El baúl pesa mucho, pero ayudan
los chicos a subirlo al carromato.
Tom y su látigo restallan y se marchan
trotando los caballos y los sueños.




Nos han quedado tres co sas del paraíso: 
las estrellas, las flores y los niños.
 Dante Alighieri




desarrollo del Proyecto

IgnacioGarcía  
(Director de escena)